sábado, 9 de marzo de 2013

All Along The Watchtower

En 1967, Dylan parecía replegarse en su disco John Wesley Harding a territorios seguros, tradicionales, en su segunda mudanza de la piel. La primera le hizo eléctrico y psicodélico, provocó el rechazo de la ortodoxia folk y produjo tres discos que cambiaron la música rock para siempre: Bringing It All Back Home (1965), Highway 61 Revisited (1965), y Blonde On Blonde (1966). Pero Hendrix, en su disco de 1968 Electric Ladyland, agarró una de sus canciones, esta “All Along the Watchtower”, la ensartó en su guitarra eléctrica y la convirtió en un himno psicodélico.



Durante años tuve pinchada en un corcho, junto a mi mesa de trabajo, una postal con una imagen de Hendrix enroscado al mástil, vertical, de su guitarra, en la que yo había escrito un verso de “Purple Haze”: “excuse me while I kiss the sky”. Perdonadme, pues, mientras la guitarra psicodélica de Hendrix me hace que alcance a besar el cielo. 


(También en la banda sonora de la exposición “Memoria y vigencia de un compromiso. Universitarios contra la dictadura

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